308 El Fuero de laca. Estudios VICENTE BIELZA DE ORV materialización de la prolongación del fuero desde la ciudad a los caminos, someti- dos al mismo orden jurídico y geométrico. Órdenes jurídico y geométrico que responden a su vez a un orden cristiano je- rarquizado. Si en la catedral gótica el conjunto estético que refleja el orden divino se consigue mediante la integración de una jerarquía de elementos de modo que el todo es más que el conjunto de las partes, lo mismo sucede en la ciudad gótica, centrali- zada en la plaza del mercado y a la que se subordina el territorio a través de los ca- minos. Es la idea aristotélica, recogida por Tomás de Aquino y la Universidad de Pa- rís, de que el todo es superior a la suma de las partes. Las ideas de la Política de Aristóteles son cristianizadas por el filósofo de Aqui- no en su tratado De regno escrito entre 1265 y 1267, donde se refiere a la ciudad del siguiente modo: Si se comienzan las obras de fundación de una ciudad, es preciso prever cuál será el lugar sagrado, cuál el de administrar justicia, cuál el de los diversos gremios, después se precisa reunir a los hombres, distribuyéndolos según sus oficios en los lugares adecuados. Finalmente hay que prever que se encuentre lo necesario a disposición de cada uno, de acuerdo con la condición y el estado de cada persona; de lo contrario no podrá un reino o ciudad sobrevivir. Para Santo Tomás —según Le Goff4{— las dos ideas fundamentales son que el todo es superior a la parte y que el todo esta compuesto de diversidades, cuya originalidad debe ser reconocida. Las tesis de Santo Tomás de Aquino expuestas en la Universidad de Pa- rís serían difundidas por las ordenes mendicantes hasta que un franciscano, Francesc de Eximenic, elaborase la primera teoría urbanística para una ciudad bella en su Dot- zé del Crestiá (1384-1386). En Valencia el obispo Eximenic tiene en cuenta no solo la ciudad hipodámica de los filósofos griegos, como Aristóteles, o la Jerusalén Celestial del Apocalipsis (ciudad cuadrada con muralla de doce puertas, tres en cada lado, tal y como parecía en los códices del Beato) sino también las nuevas fundaciones aragone- sas, que tenía a la vista y que como hemos visto hunden sus raices en el Fuero de Jaca. La ciudad utópica se articula como las villas castellonenses, fundadas por los ara- goneses y los pueblos mallorquines de las Ordenaciones de Jaime II{' a partir de dos ejes principales, ortogonales y orientados hacia los puntos cardinales, que al cruzarse en una plaza central dividen el recinto cuadrado en cuatro cuarteles. La jerarquía social, planteada en la obra de Aquino y traducida al espacio eximeniano, lleva a que los cua- tro cuarteles se destinen a un tipo diferente de habitantes, que pueden desarrollar una vida urbana de cierta autonomía en torno a cada una de las cuatro plaza cuadradas que subcentralizan cada cuartel o barrio. El centro y los subcentros ya no son la catedral y las parroquias, son las plazas, aunque a las mismas, se asomen los templos (fig. 20). 44 LE GOFF en CHEDEVILLE, A. et al.: La ville en France au Moyen Age, París, Ed. Du Senil, 1980, 1.988 pp. 45 ALOMAR, G.: Urbanismo regional en la Edad Media: las Ordinacions de Jaime II (1300) en el reino de Mallorca, Barcelona, Gustavo Gili, 1976.