CREACIÓN Y DESARROLLO DE LA CORONA DE ARAGÓN 223 El conde Guillermo VI de Montpellier firmó un pacto con Ramón Berenguer IV, prestándole vasallaje por Tortosa y todos los castillos y tierras que pertenecían a dicha ciudad y que había reci- bido en feudo". La conquista de Tortosa por fin se iba a realizar, pero eran elementos extraños los que condicionarían la empresa y sus primeros años de vida. El papa Eugenio III predicó en la Pascua (31 de marzo) de 1146 la «Segunda Cruzada» contra los musulmanes. Cada nación inter- pretó la predicación de la «Cruzada» según sus intereses. Los comerciantes genoveses vieron en la predicación la posibilidad de eliminar a los dos puertos comerciales que dominaban el comercio occidental: Menorca y Almería". Por eso ya inmediatamente después de la predicación de la «Segunda Cruzada», los genoveses decidieron atacar Menorca y Almería con una escuadra de veintidós galeras y seis «golabios». Fueron primero contra Menorca y luego contra Almería, donde encontraron en su puerto muchas naves, que saquearon. Acam- paron cerca de la ciudad; los almerienses ofrecieron ciento trece mil morabetinos a los genoveses si firmaban la tregua y la paz. Los genoveses aceptaban una tregua hasta su regreso a Génova, si pagaban los almerienses en el acto. Estos ofrecieron pagar veinti- cinco mil morabetinos en el acto; y los restantes al cabo de ocho días. Lo que se aceptó por los atacantes. Durante la noche el rey musulmán de Almería —posiblemente al-Ramimi— se embarcó con sus gentes y riquezas en dos naves, abandonando la ciudad y las negociaciones. Los almerienses nombraron otro rey, que ofreció pagar el resto de lo convenido. 25 Publ. BOFARULL, Codoin, 4, n°. 22, p. 53-54, datado el 28 de diciembre de 1136. 26 "En la época de los almorávides, Almería era la ciudad de al-Andalus que más relaciones mantenía con el resto del mundo musulmán: en ella se encontraban los ejemplos más notables de todas las producciones del artesanado". ... "No había, en todo al-Andalus, población con fortunas tan grandes, más entregado a la indus- tria y al comercio de toda clase, y sabiendo beneficiarse mejor de las fluctuaciones del comercio y de los stocks" (Cfr. AL-HIMYARÍ, Rawd al Mi `tar, p. 368 y 369).