22 INTRODUCCION GENERAL terminados momentos por unos políticos, normalmente Al- caldes, que observan cómo ciertos acontecimientos pueden afectar a formas de vida comunales tradicionales, o que ven, con preocupación, la escasa funcionalidad de sus bienes co- lectivos, que observan el despoblamiento que crece al lado de la riqueza potencial. Algunos, incluso, en medio de sus pala- bras recuerdan los muertos de hace medio siglo, en el comu- nal y por su defensa, otra defensa. Son Alcaldes que quieren ahora proteger sus comuna les en una sociedad en la que la defensa debe ser un rito y no un grito, en la que hay que esti- mular el culto a la palabra y no hacer inmolaciones en el altar de la violencia, en donde deben olvidarse, necesariamente, muchas cosas... El malandrín puede ser una desamortización que prolon- ga en el tiempo sus maléficos efectos, un Registro de la Pro- piedad inmisericorde y, además, poco amigo de reflejar la realidad de las relaciones sociales y económicas, una política de desarrollo tecnocrática y arrolladora de posos profundos y, normalmente, más sabios. La doncella son unos campos a veces inmensos, a veces nada más que unas huertas. El cereal puede llenarlos en los años de dones celestes o pueden estar cubiertos de pinos de- cenarios que crecen, trabajosa, lentamente buscando un com- prador para su madera que últimamente llega sólo de cuando en cuando. Quizás unas leñas se ofrecen como único produc- to aprovechable. Alguien sueña en el turismo rural, o en la caza, o en la mera contemplación del paisaje. Ese sueño tiene una interpretación única: que el pueblo permanezca, al me- nos una generación más. El campo de batalla es una vieja biblioteca, con textos apergaminados, letrilla de plumilla, Nieto desencuadernado a fuer de leído, actas de viejas reuniones de vecinos de las que surge, todavía, el grito popular, a veces con apelaciones a la organización tradicional, colectiva, otras en forma de tremen- dos pecados contra las reglas de la Real Academia. El solar está iluminado, hasta altas horas de la madrugada, pues son muchos los textos que leer o, simplemente, variados los argu- mentos que repensar e hilar sucesivamente. En un momento