En La Jacetania, Sobrarbe, La Ribagorza, Tarazona y el Moncayo, Cuencas Mineras y Bajo Aragón esta convergencia se produce simplemente porque, lo demás igual, la tasa de acti- vidad femenina crece. * En Ribera Alta del Ebro se conjugan dos factores para explicar este acercamiento en las tasas: de un lado la masculina decrece; de otro, la femenina experimenta un ligero crecimiento. * En Campo de Daroca, Andorra-Sierra de Arcos y Maestrazgo el comportamiento es simi- lar al descrito en el párrafo anterior pero acentuado, puesto que el decrecimiento en el dato masculino es mucho más intenso. * Finalmente, tenemos convergencia en Sierra de Albarracín y Matarraña/Matarranya por- que, dentro de una evolución más o menos creciente en ambas tasas, la femenina lo hace con una mayor pendiente. En el resto de comarcas las diferencias por sexo entre las tasas de actividad se mantienen en ese periodo, siendo las líneas en los gráficos, tanto la masculina como la femenina, prácticamente hori- zontales. Si acaso, y ya para cerrar este segundo aspecto de conclusiones al hilo de los gráficos 3.1. a 3.34., Valdejalón y Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp muestran cierto alejamiento entre las tasas, cierta divergencia: la primera comarca porque la tasa de hombres crece más intensamente, la segunda porque la masculina crece y la femenina experimenta un ligero decrecimiento. Tres, hasta ahora se ha descrito divergencia y, sobre todo, convergencia en la evolución de las tasas según género, atendiendo a distintos patrones temporales en el dato masculino y en el femenino. Ahora bien, ;presentan ambas líneas un comportamiento similar en esos tres años? Podemos decir que para ciertas comarcas la respuesta es afirmativa. Si bien con distintas inten- sidades, ambas tasas y, por supuesto, la conjunta, crecen en Cinca Medio, La Litera/La Llitera, Los Monegros, Bajo Cinca/Baix Cinca (suavemente), Valdejalón (sobre todo de 2003 a 2004), Ribera Baja del Ebro, Bajo Martín (suavemente), Sierra de Albarracín, Matarraña/Matarranya (crecimiento casi inapreciable en varones) y Jiloca (con cierto perfil en forma de U para la tasa masculina). Un crecim iento espectacular, que merece mención aparte, experimentan las tres tasas en Alto Gállego y, sobre todo, en Campo de Borja. Por el otro lado, y mucho más preocu- pante, es una disminución generalizada en las tres líneas en Aranda y en Campo de Belchite. Finalmente, en cuarto lugar, para acabar con los comentarios de estos 34 gráficos, se hablará de magnitudes absolutas de las tasas de actividad. Y esto es importante porque hemos descrito con anterioridad comportamientos predominantemente positivos, a saber, crecimiento en la tasa femenina o en ambas, pero esto puede ser así porque quizá se partía de un nivel bajo del que difícilmente se puede caer. O, argumentando de manera análoga, algunas comarcas pue- den no presentar evoluciones crecientes en el periodo analizado simplemente porque su tasa es ya inicialmente elevada. Primero vamos a comentar las comarcas con una mayor tasa de acti- vidad conjunta (hombres y mujeres) en 2004; son, por este orden, Ribera Alta del Ebro (120%),