120 ESTUDIOS Y RECHIRAS ARREDOL D'A LUENGA ARAGONESA mica de gran trascendencia. Las dificultades a las que se enfrenta en la actua- lidad el proceso de integración política en Europa se pueden evaluar en función de un cierto determinismo histórico, es decir, las dificultades de esta integra- ción vienen dadas por la historia de una Europa convulsionada a lo largo de la historia por procesos de integración y desintegración que enlazan con la capa- cidad de los nacionalismos de corte cultural o de corte político para desarrollar su energía y tener capacidad de ejecutar los intereses de los grupos que repre- sentan. De ahí que los nacionalismos se conviertan en ideologías, en doctrinas políticas capaces de movilizar a la ciudadanía en uno u otro sentido, por la lucha política de cara al logro de beneficios estrictamente planificados. En esencia, se trata de delimitar el fenómeno del nacionalismo europeo en el nuevo contexto de integración política y económica, que supone al mismo tiempo uno de los acontecimientos fundamentales de la historia de los territo- rios y entidades que conforman, en la actualidad, Europa. Este proceso de inte- gración, que en otros ámbitos se ha logrado en relativamente poco tiempo, con- lleva ya en el caso europeo una evolución de siglos , que suponen en definitiva elementos de dominación ideológica, política, económica y cultural. El fenómeno de los nacionalismos se puede remitir a un sentimiento domi- nado por intereses generalmente territori ales. Para complementar estos inte- reses de tipo territorial se combinan con peticiones de tipo material, a través de las competencias políticas y la autonomía financiera y a través de una mayor presión sobre las demandas culturales del grupo dominado, léase oficialidad a la cultura dominante sobre la minoritaria o al contrario. A la búsqueda de la identidad nacionalista diversos grupos de intereses han condicionado e impul- sado en el pasado reivindicaciones de todo tipo. Estas reivindicaciones cubren un amplio panorama de expectativas, deseos de tipo material e inmaterial. De hecho, como consecuencia de estas reivindicaciones los movimientos sociales que han tratado de plasmar en la realidad sus expectativas y deseos han lle- gado a generar una organización diferenciada a lo que se reconocía general- mente como la situación habitual de las instituciones políticas de territorios determinados. Para dar sentido al nacionalismo desde un punto de vista teórico se puede hacer referencia a muy diversos factores que pueden explicar el surgimiento de la nación cultural o bien de la nación política; desde procesos desencadenantes previos, como el nacimiento del industrialismo, las formas de distribución de la propiedad y las ideologías se ponen al servicio de la definitiva vertebración de la extensión del Estado a todos los ciudadanos o del organismo vivo eterno. Varios paradigmas importantes de fines del siglo XX destacan la erosión de la autonomía nacional y ponen énfasis en cambio en la importancia de las fuer- zas transnacionales y en la relación profundamente nueva entre Estado, terri- torio y personas. Entre estos paradigmas, el más significativo es tal vez la glo- balización. Aunque el término abarca procesos múltiples y aun contradictorios, tiende a hacer hincapié en fenómenos como el crecimiento exponencial y la dimensión mundial de empresas transnacionales que han debilitado el poder regulador de los Estados individuales y el poder de negociación de los movi- mientos sindicales nacionales; las políticas económicas de liberalización, que han provocado una amplia privatización de los sectores de la salud y la educa- ción y una reducción de las políticas estatales de asistencia social; la rápida expansión de la tecnología de la información, la interconexión instantánea por los medios de información y las comunicaciones electrónicas de regiones antes