115 Identidad cultural, lengua y políticas lingüísticas Víctor Manuel Lacambra Gambau y Luis Felipe Serrate Introducción Siguiendo a Künig, la diversidad cultural se ha convertido en una fuente importante de conflictos sociales y de debates políticos. Al contrario de las expectativas de las teorías clásicas de modernización, estamos siendo testigos de cómo una gama de movimientos sociopolíticos reafirman, redescubren o reconstruyen las identidades étnicas, lingüísticas o religiosas. Est a tendencia pone a prueba los mecanismos democráticos de integración social y de solución de conflictos en los Estados-nación, hasta el punto de que estos últimos han presumido de un consenso sobre val ores fundamentales y un cierto grado de homogeneidad cultural. En consecuencia, el análisis de la diversidad lingüís- tica tiene un interés especial, puesto que desaña el supuesto, inherente a la mayoría de las teorías de la democracia, de una esfera monolingüe del discurso público. Las políticas democráticas tienen que responder a las preguntas de cómo se puede reconocer la identidad de los grupos lingüísticos y cómo, al mismo tiempo, se puede garantizar la participación de todos los grupos lin- güísticos en una esfera pública común (Künig, 1999, 2). Las teorías sociológicas del lenguaje suelen analizar este como un sistema de comunicación y como un sistema de representación (Luckmann, 1984). Es evidente que la interacción social entre los individuos requiere un sistema común de comunicación. Aunque no es el único, la lengua es el más fundamen- tal de estos sistemas, en sentido tanto evolutivo como de psicodesarrollo, y, por lo mismo, contribuye a la integración social. Además, el lenguaje también fun- ciona como un sistema de representación que construye una perspectiva del mundo socialmente compartida. Al proporcionar dicha perspectiva del mundo, la lengua desempeña un papel fundamental en la constitución de la conciencia del grupo y la simbolización de la identidad colectiva. Por lo tanto, debido a su función simbólica, el lénguaje también contribuye a la integración social. En la medida en que la lengua desempeña una función comunicativa y sim- bólica, numerosos sociolingüistae la consideran un componente de la etnicidad. Existen tres perspectivas teóricas básicas de la etnicidad: el primordialismo, el constructivismo y el instrumentalismo. El primordialismo supone que los gru- pos sociales se definen por rasgos como el territorio, la religión, la cultura, la