JOSÉ FÉLIX MÉNDEZ DE JUAN Artigrama, núms. 6-7, 1989-1990, 21-28 21 La Diputación General de Aragón y la restauración del Patrimonio Artístico Aragonés. U 36 J c~ O \ Al escribir en una revista de carácter científico un texto sobre gestión administrativa, aunque sea en el campo de la restauración, se corre el riesgo de resultar tedioso y aburrido, porque incluso el lenguaje que se utilice tendrá inevitablemente el tono de una forma de expresión habituada a la concisión de los informes oficiales. Por ello intentaré que este texto, más que otra cosa, informe sobre la actividad de la Diputación General de Aragón en los últimos ocho años en materia de restauración, se libere del tufillo administrativo y que acerque más, con el peligro de la pérdida de rigor, a un relato del ejercicio del Ente Autonómico en la restauración de Patrimonio Aragonés en cumplimiento de la legislación vigente que le obliga a protegerlo y conservarlo, y en última instancia y derivado de esta obligación, a su puesta en valor. Pero para poder valorar con un criterio justo la trayectoria y logros de este corto período de tiempo no estaría de más recordar, sin entrar en de- masiadas profundidades, cual había sido la atención que desde la Admi- nistración Central se había dedicado a nuestro Patrimonio, y cual era el estado en que éste se encontraba antes de dar comienzo la actuación en él de las instituciones aragonesas. Con una ley para la defensa y protección del Patrimonio Histórico Artístico Español de 1933 la Administración Central ejercía su competencia de protección, antes de crearse el Ministerio de Cultura, desde la Comisaría de Bellas Artes dependiente del Ministerio de Educación. Con unos presu- puestos ridículos; sin apenas incoar expedientes de declaración de monu- mentos, la mayoría de los declarados lo habían sido en los años treinta; y debiendo acudir a la conservación de aquellos que por su importancia histórica y monumental o por preferencias gubernamentales tenían un pro- tagonismo que hacía inevitable e inexcusable la atención a su puesta en valor. No deben olvidarse las actuaciones que, en paralelo a las de la Co- misaría de Bellas Artes, realizó la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, sobre todo en Conjuntos Históricos, con