474 (RÚNICA que no se ha detenido es el implacable deterioro de las edificaciones, muchas ele las cuales pueden considerarse hoy en estado ruinoso. 2. Resulta obligada una referencia a sus aguas. En el origen y evo- lución de un Balneario —la «ciudad ele las aguas»— es determinante la existencia de fuentes ele aguas minero-medicinales con propiedades salu- tíferas. Cinco manantiales han existido tradicionalmente en el de Panti- cosa, con nombres tan expresivos como del Hígado o Fuente Azoada, del Estómago o de la Belleza, ele los herpes, de San Agustín y de la Laguna, a los que se une a partir de 1951 el manantial de Tiberio (7). En el Balneario, junto al retorno a la naturaleza y al reencuentro con el agua medicinal como fuente de regeneración se irán uniendo luego otros atractivos: lugar de veraneo, de evasión de la ciudad, ele placer y juego (8). En la historia del Balneario como espacio de salud tienen un peso importante los Médicos Directores que, como Cuerpo especializado en hidroterapia, han estado a su frente y han dejado constancia de la evo- lución de las aguas y de sus aplicaciones en análisis y memorias médi- cas (9). Por otra parte, la comercialización de las aguas se impulsó con la constitución en 1974 de la Compañía Embotelladora ele Aguas de Panti- cosa, S.A. (CEAPSA). La planta embotelladora se inauguró en 1978, no sin contr oversias con el Ayuntamiento de Panticosa por el lugar de em- plazamiento, en la llanura previa al recinto balneario. Puede encontrarse actualmente agua de mesa en el mercado con la denominación «Pantico- sa». II. LAS MODALIDADES LEGALES DE PROTECCIÓN En nuestro Derecho existen diversos cauces de protección de deter- minados territorios o bienes considerados dignos de defensa. En ocasio- Sus propiedades se describen así en un reciente folleto: «Cinco manantiales dife- rentes de aguas nitrogenadas, oligometálicas y sulfurosas, convienen al balneario en todo un manantial de salud. Son aguas fuertemente hipertermalcs y debilmenle sullhídricas, es- pecialmente indicadas para el tratamiento de afecciones hepáticas, renales, digestivas, res- piralorias, reumáticas, nerviosas, de obesidad y de piel». María A. LARORNIRO AMARO, «Balneario, ciudad de las aguas. Su presencia en España». En «Ciudad y territorio», n." 3, 1991, MAP, págs. 213 a 230. Entre otros, los Doctores Rentera y Ruiz, Espina y Capo. Gurucharri y Echeuri, Romero Velasco y Mozota Sagardía. Al respecto pueden consultarse el Calalógo de la VI Exposición de Bibliografía Aragonesa, dedicada a «Aguas mincromcdicinales aragonesas». DGA. 1993, y los trabajos mis recientes del Dr. Saz Pciró: «Fuentes minero-medicinales de la provincia de Huesca», Instituto ele Estudios Altoaragoneses, 1992, y «Balneario de Panticosa». Zaragoza, 1992.