12 M.a ANTONIA MARTÍN ZORRAQUINO tando especial atención a las variedades lingüísticas que son minoritarias en el ámbito aragonés. Y, sobre todo, he intentado plantear unos puntos de re- flexión sobre lo que cabe entender por política lingüística de aplicación en Aragón. Partiré, como podrán Vds. apreciar en seguida, de una exper iencia particular recientemente vivida por mí, que me llevará a proponer un con- junto de preguntas esenciales sobre la propia situación lingüística de Ara- gón y sobre las medidas de carácter político que podrían desarrollarse. 1. A MODO DE INTRODUCCIÓN: UNA EXPERIENCIA PERSONAL SOBRE LA PRESENTACIÓN DEL PANORAMA LINGÜÍSTICO DEL PIRINEO ARAGONÉS Hace apenas ocho meses y medio (fines de 1997), recibí una invitación para escribir un artículo sobre el panorama lingüístico del Pirineo aragonés. Me lo pedía un periodista jacetano para el segundo número de una recién estrenada revista sobre los Pirineos, cuya sede central se encuentra en el País Vasco y que cuenta con comités locales en las diversas Comunidades Autónomas situadas en el área pirenaica. Se trataba de un texto muy breve (1.500 caracteres de ordenador) y se me urgía sobre su entrega (debía estar listo en tres días). Mi interlocutor me comunicó, además, que la contribución habría de insertarse, dentro de la revista, en una especie de cuadernillo que versaría sobre el panorama lingüístico de los Pirineos, cuadernillo que in- cluiría un artículo de conjunto sobre dicho tema y al que complementarían aportaciones particulares -como la que se me estaba pidiendo- sobre las di- versas variedades lingüísticas implicadas en los espacios político-adminis- trativos de ambas vertientes pirenaicas (vasco, navarro, aragonés, bearnés, catalán, etc.). El periodista insistió en que no debía sentirme condicionada por el contenido del aludido artículo principal (que iba a enviarme): a él y a su equipo de redactores les interesaba especialmente que ofreciera mi pro- pia visión sobre el panorama lingüístico del Pirineo aragonés. A pesar de la premura de tiempo, de la limitación de espacio que se me imponía y de la proximidad de las fiestas navideñas, yo acepté con ilusión aquella invitación: me gusta colaborar con quien desea difundir aspectos culturales que me son conocidos, sobre todo si tienen que ver con mi tierra, y también lo considero un honor y una cierta obligación moral como lin- güista y docente de lengua española. Así que escribí mi artículo. En mi texto traté de exponer los que resultan, a mi juicio, aspectos esen- ciales de la situación lingüística actual del Pirineo aragonés, que fácilmente puede proyectarse al conjunto de Aragón, pues, en realidad, la diversidad lingüística aragonesa se manifiesta en toda su complejidad casi exclusiva- mente en el ámbito pirenaico; las restantes tierras aragonesas reflejan sólo