CREACIÓN Y DESARROLLO DE LA CORONA DE ARAGÓN 321 DUCADOS DE ATENAS Y NEOPATRIA. Es un título rimbombante que histórica, política y económica- mente no responden a casi nada. Un poco lo de los testamentos navarros, donde se desheraba a los hijos dejándoles «una robada de tierra en los montes comunales»; o la broma asturiana, en la que la más pequeña heredad «limita al Norte con Inglaterra, la mar por medio». O esos títulos medievales de «obispo de cuaquier ciudad, en tierras de infieles». Pero suena muy bien dentro de una retahila de títulos más o menos desproporcionados o fantasiosos. Todavía en 1520 Carlos I de España, con su madre doña Ju ana, se titulaban «reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas Canarias, de las Indias, islas y tierra firme del mar Océano, condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina, duques de Atenas y de Neopatria, condes de Rosellón y de Cerdaña, marqueses de Oristán y de Gociano, archiduques de Austria, duques de Borgoña y de Braban te, condes de Flandes y de Tirol», y terminaba con un etcétera150, por si fuera poco. La realidad es que los ducados de Atenas y Neopatria estuvieron incorporados a la «Corona de Aragón», más o menos estrechamente desde 1380 hasta 1385, poco más de cinco años. Luego nunca más, ni los reyes de la «Corona de Aragón», ni cualquier otro peninsular, ejerció jurisdicción alguna sobre tales condados. En 1204 los cruzados conquistaron Constantinopla, lo que hizo que, en 1205, al desmembrarse el imperio bizantino de Oriente por intervención de los cruzados, Otón de la Roche recibiese la señoría de Atenas, que luego se transformó en el ducado de Atenas (1259), iniciando una dinastía, que alcanzó hasta el principio del siglo XIV. Es el momento cuando los almogávares (las «Compañías») que 150 Publ. Agustín MILLARES CARLO, Tratado de Paleografía española (Madrid 1932), volumen de texto, p. 363-364, correspondiente a la lámina 94. El título se siguió usando luego. Pero no tiene interés.