LA COMARCALIZACIÓN EN ARAGÓN... 789 Véase art. 27 y 36 de la Ley 10/93, de 4 de noviembre, de Comarcalización de Aragón. duplicidad administrativa, y el aumento del aparato burocrático puede consti- tuir una dificultad para eI acercamiento de la administración al ciudadano, en lugar de favorecerlo. Por último, señalar que el miedo por parte de los dirigentes políticos locales a perder el «status» adquirido en el actual sistema de mancomunidades, influye determinantemente en que no se produzca la iniciativa local necesaria para la implantación de la organización comarcal. Existe la opinión compartida en los partidos políticos, sobre todo en los de carácter mayoritario que tanto el Proyecto de Directrices de Ordenación del Te- rritorio, que se comenzó a elaborar en 1992, como la Ley 10/1993 no van a conse- guir nunca un desarrollo completo. Son proyectos que han pasado por distintas Administraciones de diferente signo político, y que sigue todavía pendiente en- tre los asuntos del actual gobierno. Todos los partidos están de acuerdo con la filosofía inspiradora, de estas dos iniciativas, ninguno de ellos va a rechazar un proyecto que intensifique la auto- nomía local, fomente la descentralización administrativa y vertebre el territorio aragonés, pero parece que no existe consenso sobre como llevarlo a la práctica. La implicación de tantos organismos, instituciones, agentes sociales, y los inte- reses de carácter económico y político que se van a ver afectados, fundamental- mente por la reforma en la ordenación del territorio aragonés hace de este un proyecto realmente complejo en el que se vislumbra una difícil salida. El desarrollo de la comarcalización en el territorio aragonés, va a depender en gran parte del apoyo del gobierno autónomo. Las medidas de fomento de la comarcalización que recoge la Ley 10/93, en la que se señala que se establecerán con carácter anual, transferencias incondicionadas a favor de las comarcas, des- tinadas a la puesta en marcha y funcionamiento de su organización y activida- des33, no se ha hecho por ahora efectivas. En el último presupuesto aprobado por las Cortes de Aragón no se advierte ningún aumento en la partida de Presiden- cia, ni ninguna consignación específica para el fomento de las comarcas. El pro- yecto que tiene el actual gobierno de impulsar, la formación de tres comarcas en la Comunidad Autónoma, no tiene ningún reflejo en el presupuesto de la Comu- nidad, las intenciones políticas son desviarlo de lo consignado a las transferen- cias para mancomunidades, Se quieren establecer vías de financiación para es- tos entes locales, disminuyendo las transferencias a los municipios, sin aumen- tar el presupuesto global destinado a entidades locales. Sin la dotación presupuestaria necesaria, ni la delegación o transferencia por parte de la Comunidad Autónoma de la titularidad o el ejercicio de competencias a la comarca, que sirva para mejorar la prestación de los servicios correspon- dientes, la comarca puede quedar en un mero elemento regulador del territorio, pero vacío de contenido como ente local.