I67 GUÍLLEIZIIIO Fatás CAPÍÍULO XIII PECVLiARl'DAD DE LAS ARMAS DE ARIGÓH Como sucede con los sa- bios misteriosos en las vie- jas leyendas, el escudo de Aragón sólo hablará, y lo hará cumplidamente, a quien esté dispuesto a escu- charle. No es un escudo transparente, parlante, que encierre en sí mismo nada más que el nombre del rei- no, sin necesidad de intérprete que medie, como ha- cen el castillo, el león o la granada. No es la plasma- ción simbólica de un único hecho memorable, como las áureas cadenas navarras o las columnas del Plus Ultra que desmintieron para siempre la amedrentado- ra admonición de Heracles-Melqart, en vigor desde los remotos tiempos de la milenaria Tiro y de su ilus- tre hija gadarena. No pretende dotarse de apariencias majestuosas o divinales, como las que presta a otros blasones el águila, bicéfala o santificada. Ni conme- mora sólo a una familia o a un territorio patrio, como hacen las lises de Borbón, el arpa de la verde Eire o la cruz patriarcal de Lorena. Tiene interés arqueológico porque exhibe elementos simbólicos tan antiguos como el uso mismo de la He- ráldica en Occidente junto a otros incorporados suce- sivamente desde los esplendores del gótico hasta los albores del Renacimiento. No nació completo ni com- puesto de una vez por todas sino que fue conformán- dose al ritmo de la historia y de los avatares del reino y de su dinastía privativa. Narra así., de forma singu- lar y nada sólita, una histo- ria centenaria, de una for- ma concreta y premeditada que quiere ser ordenada y completa. Incorpora en uno de sus cuarteles la fuerza agonizante de una ideología política que estaba fene- ciendo pero que poseía alcurnia casi mitológica y fuerza nada escasa en la sociedad aragonesa, incluso en las mismas. vísperas de su desvanecimiento. Y lla- ma, en último término, a la universalidad de un linaje particular que acabó por ser el más internacional del mundo variopinto y riquísimo del mar Mediterráneo: precisamente su emblema representa, en el escudo de España, a todos los países de la histórica Corona de Aragón, a la que el reino, en último término, dio su nombre. DESCRIPCÍÓII El actual escudo de Aragón está definido por norma de la Co munidad Autónoma. Es, pues, un emblema oficial desde que fue establecido en el Boletín Oficial de Aragón del 7 de junio de 1978. Los términos en que se expresa la ley aragonesa son breves y sencillos pues el legislador prefirió un lenguaje comprensible al más erudito, pero más hermético, de la Heráldica.