1861 Ministerio y nos ha autorizado para coordinar y tomar medidas tendentes a la consecución de ese objetivo. No imponemos nada a nadie, defendemos el derecho a la propia lengua. Dada la irracionalidad que caracteriza a este debate y la demagogia de que es objeto este asunto, es preciso repetir una y otra vez lo mismo, con claridad, sin demasiadas disquisiciones: que los árboles no impidan ver el bosque. 3.- Y masivamente difundido Ante la avalancha de acusaciones irracionales no podemos oponer simplemente la calidad de un discurso coherente, es necesaria también la cantidad. De lo contrario la opinión pública se dejará influir por los que hacen más propaganda de sus ideas. 4.- Diversificar los portavoces Para evitar que la política lingüística del gobiemo socialista sea juzgada como una obsesión del consejero. 5.- Interesar a los intelectuales La Universidad debería decir algo. 6.- No descuidar otras modalidades lingüísticas Excepto la enseñanza dentro del programa escolar, que no está en nuestras manos, todo lo demás es extensible al romance aragonés. Nos proponemos celebrar unas jornadas dedicadas expresamente al aragonés. 7.- Desenmascarar las contradicciones de la derecha que se opone a la política lingüística: Los principios, o prejuicios, de los que rechazan el catalán de las comarcas orientales de Aragón son los mismos en los que se basa el nacionalismo catalanista a ultranza. Se teme que el reconocimiento del catalán sea el primer paso para revisar las fronteras de Aragón en la Franja Oriental. Pero ésto supone una identificación injustificable entre lengua y nacionalidad, que es lo que defienden algunas minorías catalanistas y nosotros rechazamos. Por tanto, hay una coincidencia ideológica fundamental entre unos y otros. Nunca esa derecha ha mostrado la menor atención a las modalidades lingüísticas y a las variantes locales o comarcales. Si ahora dicen que son estas variantes locales lo único que hay que proteger y enseñar, es para hacer imposible la enseñanza del catalán en los pueblos que lo hablan. La crítica frontal a la enseñanza del catalán como asignatura opotativa y la acusación que se nos hace de autoritarismo o de imposición de esa enseñanza, sólo puede entenderse como un síntoma de intolerancia y un residuo claro de la represión lingüística del franquismo. 8.- Preparar material didáctico Hay que evitar a toda costa que pueda interpretarse la enseñanza del catalán como un modo solapado de catalanizar. Si no podemos disponer de una gramática propia, de un texto editado por el