15 A LA MEMORIA DE MANUEL GIMÉNEZ ABAD El señor diputado PINA CUENCA: Presidente. Don Manuel Giménez Abad: querido amigo, querido letrado, querido adversario político. ¡Qué duro es, en el templo de la palabra, que haya ocasiones en las que se pueda pensar que el silencio y las lágrimas sean el mejor medio de expresión! Sin embargo, en este templo de la palabra, que tú ayudaste a construir y a conformar, debo representar a mi grupo y hablarte por última vez. Aquí, querido Manolo, donde compartimos Mesa institucional y mesa comensal; aquí, donde analizamos tantas veces la situación y la realidad política; aquí, donde te incité, te incitamos, a asumir un com- promiso político; aquí, adonde bajaste desde el puesto en la Mesa para asumirlo; aquí, y ahora, debo despedirme. Porque, querido Manolo -lo sabemos bien-, cuando se mata a un hombre no se está defendiendo una idea; se está matando a un hom- bre. Lo sabemos bien. La rabia nos ahoga, el dolor nos muerde las entrañas y, aunque hablamos, nos faltan las palabras. Lo sabemos bien. Seguiremos de pie, porque la libertad vencerá a los liberticidas, porque la democracia vencerá a los asesinos y la paz vencerá a los violentos. Esta victoria, Manolo, es el mejor homenaje que podemos ofre- cer a todas las víctimas de los terroristas. Desde aquí, desde esta tie- rra, esta tierra que amamos, desde esta tribuna, ofrecer el respeto a la vida y a la libertad y el compromiso con tu recuerdo será no sólo un homenaje: será nuestro trabajo. Lo sabemos bien. No habremos de callar por más silencios que avisen o amenacen miedo. Ni callaremos ni olvidaremos: lucharemos por la paz, por la libertad, por la vida. Lucharemos, amigo, lucharemos, y tu recuerdo nos hará fuertes en la lucha, dolidos pero fuertes. Nos queda la palabra y la idea, nos queda tu recuerdo y tu ejemplo. Hasta siempre, Manolo. ¡Adiós!, don Manuel Giménez Abad. El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado. Por el Grupo Parlamentario Popular, su portavoz, don Gustavo Alcalde, tiene la palabra. El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente.