«Las predichas todas nuestras partes pertenecientes a tí sobre- CREACIÓN Y DESARROLLO DE LA CORONA DE ARAGÓN 161 cuando era tenente del reino el conde de Barcelona Ramón, y conoció que era útil y necesario para el regimiento y defensa de la tierra». «Por eso, habiendo tenido consejo con todos los canónigos del Sepulcro que pudo encontrar, con Guillermo, prior de Castilla; con Alejandro, prior de Logroño; y otros muchos, para utilidad de los canónigos del Sepulcro del Señor, así hizo para negocio de su casa esta carta o este pacto mandó hacer, y esta escritura debajo escrita en nombre del señor Patriarca hizo escribir y firmó de tal forma que el patriarca este hecho confirme y signe con su sello». «Por eso yo sobrenombrado Guillermo, patriarca de Jerusalén por la gracia de Dios, juntamente con el co nvento de toda la iglesia del Sepulcro del Señor y con el consejo de los nobles caballeros del reino de Aragón que esto juraron, te damos y concedemos a tí sobredicho conde de Bar celona Ramón y a toda tu progenie, al servicio de Dios y fidelidad del predicho Sepulcro la parte que perte- nece al Sepulcro del Señor del sobredicho reino, para que la tengas y poseas tu y toda tu progenie, bajo esta fidelidad, perpetuamente y por los siglos todos. Y si aconteciese que murieses sin legítima prole, esta parte a tí entregada sin obstáculo vuelva al Sepulcro ya citado». «Y yo citado Guillermo, patriarca de Jerusalén, junto con todos los canónigos del Sepulcro del Señor, retenemos en esta parte que te concedemos, en Barbastro, Huesca, Zaragoza , Daroca, Cala- tayud, Jaca y en todas las otras ciudades que con la ayuda de Dios conquistarás, un hombre de cada una de las leyes, con sus casas y tierras y viñas, prados, pastos y aguas, y todas las pertenencias a sus casas, con todos sus servicios, censos y usos pertenecientes al rey, de tal manera que ni tú, ni alguna persona por tí, en los predi- chos hombres y sus posesiones oses requerir cualquier cosa, a no ser que contra los paganos te ayuden con el prior de la tierra». «Bajo esta libertad de la misma forma retenemos en cada casti- llos y villas de todo el reino, donde hubiese más de treinta villanos habitadores, un hombre en cada uno, con todos sus servicios y usos, como arriba está escrito».