12 En segundo lugar, se les confía a estos+ órganos, el gestionar y administrar las funciones y servicios que les transfiera la Administración del Estado. Y este es el punto clave de todo el proceso preautonómico. ¿Qué quiere decir ésto?. Quiere decir que las distintas regiones, a través de sus órganos representativos, van a tener que ejercitar una serie de competencias que en este momento desa- rrolla el Estado. Por decirlo de alguna forma popular, diría que a partir del reconocimiento de las autonomías, lo que antes se resolvía en Madrid, se va a resolver en la re- gión, con todo lo que ésto lleva consigo, y los hombres que han estado en las Diputaciones y Ayuntamientos de Aragón y de Cataluña y del País Vasco, sa- ben lo que es tener que ir a resolver las cosas a Madrid. Habeis leido a Moneva, habeis leido a Domingo Miral, hace ya sesenta, cuarenta años, y pensaban lo mismo que estamos pensando nosotros. El aragonés es un hombre que tiene un cierto complejo, se considera un hombre olvidado, considera que Aragón ha es- tado abandonado de Madrid, que el Gobierno no se ha preocupado de Aragón. ¿Es ésto cierto?. Si hacemos caso a lo que nos dicen personas como Moneva o como Domingo Miral, hay que creer que, efectivamente ha sido así, y si nos oimos a nosotros mismos, quizá sigamos pensando que efectivamente, es así, y si se hiciese, y algún día se hará, un análisis comparativo de cómo la Adminis- tración del Estado, no digo de estos doscientos años, vamos a hablar de los últi- mos cuarenta, ha repartido la renta nacional y ha realizado sus inversiones en los distintos territorios, quizá llegaríamos a esa misma conclusión. Quizá en el reparto de inversiones, Aragón no ha tenido el porcentaje que le corresponde. ¿En virtud de qué debe hacerse ese porcentaje, esa redis tribución?. Yo pienso que en virtud de algún módulo objetivo, y ese módulo objetivo debe de ser, por lo menos, o la extensión del territorio o el número de la población. Y si con cualquiera de estos dos módulos hiciésemos esa comparación, veríamos que efectivamente, Aragón ha quedado por debajo de la media nacional, No se ha planificado Aragón, no porque la Administración del Estadó no lo haya planificado, que no lo ha planificado, sino porque tampoco los órganos de Aragón, las Diputaciones Provinciales de Aragón, lo han hecho. Yo, hace ya unos seis o siete u ocho años, cuando nadie hablaba de planificación en Aragón, en una conferencia en la Diputación Provincial de Zaragoza que organizó la Pe- ña "El Cachirulo" en honor a la provincia de Huesca, presenté un tema: la pla- nificación de Aragón, y allí expuse, porque a mí me parecía de sentido común, que Aragón debía de planificarse, que las provincias aragonesas debían de plani- ficar su propia actuación coordinada entre las tres Diputaciones con la actua- ción del Estado. Porque toda actuación que no esté así coordinada, está, de en- trada, llamada a su frustración. Pues bien, Aragón no ha sido planificado ni por la Administración del Es- tado ni por las Diputaciones Provinciales. Por tanto, ahora, en esta posibilidad de preautonomía, queda para nosotros, para las regiones que asuman este siste-